La hierba roja

La hierba roja.


Boris Vian.
BRUGUERA.
1950


Suerte de desplazamiento metafísico esta novela es profundamente extraña y conmovedora. En ella el autor sale a la caza de sus propios fantasmas rebasando todas las fronteras de la realidad y del sueño para poner su fuerza poética al servicio de un tema y un mundo inexplorados, que resultan a un mismo tiempo inquietantes y fascinantes.

Cualquiera que lea desprevenido esta novela podrá pensar que no es más que un alucine constante, sin razón y sentidos aparentes. Sin embargo, una lectura un poco más atenta y minuciosa nos indicará que estamos ante una obra literaria profunda y compleja, que va más allá de ser sólo un fuego fatuo.

La hierba roja cuenta la historia a través de la vida de cuatro personajes, Wolf —el protagonista de la historia— que está construyendo una máquina que nunca sabemos para qué sirve, pero podemos intuir que es muy parecida a la que aparece en la película de Wim Wenders, Hasta el fin del mundo, que tiene la capacidad de compilar los sueños y las ilusiones de todo el mundo, y después materializarlos, al menos en la mente de su creador. Lil, la mujer de Wolf, una mujer que adora a su marido, aunque últimamente se siente bastante desplazada por el trabajo de éste. Lazuli, amigo y asistente de Wolf, quien por más que trata se ve impedido de consumar el acto amoroso con su bella novia, Folavril, debido a que siempre que lo intenta dice ver a un hombre vestido de negro que aparece de la nada y los está observando.

La trama tiene un desarrollo lineal, aunque con constantes brincos a las pequeñas subtramas de los personajes. La hierba roja nos muestra a un escritor genial haciendo uso de todo el poder de su imaginación para desentrañar el misterio que somos cada uno de nosotros, sumidos en la cotidianeidad y la mediocridad, debido a que no hemos querido luchar por alcanzar hasta el fin nuestros más grandes sueños, por ridículos que sean, o ¿quizá por eso mismo?

El libro es de alguna manera un reflejo de lo complejo que son las relaciones amorosas; la camaradería entre hombres; el poder confiar en los demás nuestros planes más descabellados; y sobre todo las consecuencias que pueden tener el llevar hasta el límite nuestros sueños más locos. Una obra que no es fácil de leer, para aquellos que no conozcan otras obras de este magnífico autor que tuvo una vida corta, pero intensa. Un reto para todos aquellos que están hartos de leer a Paulo Coelho y
Dan Brown, y quieran enfrentarse a una inteligencia mucho más aguda, irreverente, trasgresora y desbordada.

BORIS VIAN
nació en Ville d’Avray en 1920 y es uno de los pocos autores que ha dejado tras de sí, después de su repentina muerte acaecida a los 39 años, toda una leyenda. Estaba dotado de una personalidad polifacética y rica, ávida, vital y artística. Ingeniero, músico, cantante, actor, periodista, inventor, pintor y una larga lista de profesiones dan buena prueba de ello. Su actividad como crítico de jazz, junto con su producción literaria, le han elevado a símbolo de la vida bohemia del Saint-Germain-des-Prés del período de la posguerra. Calificado como “escritor-orquesta”, inició su carrera de novelista con la obra Escupiré sobre vuestra tumba (1946) a la que siguieron Vercoquin y plancton (1946), El otoño en Pekín (1947), La espuma de los días (1947) y El arrancacorazones (1953). Entre sus piezas teatrales cabe destacar Los fundadores del Imperio, escrita en 1959, el año de su muerte en París. La hierba roja, publicada en 1950, es la más autobiográfica de sus novelas. Dos de sus libros más famosos son Que se mueran los feos (1948, bajo el seudónimo de Vernon Sullivan) y el excepcional libro de cuentos Lobo-Hombre (1943 y 1952).



Quiero aprovechar para agradecer al profesor Jorge Luis Heras, porque gracias a él he tenido oportunidad de leer a este estupendo escritor francés.

Comentarios

Marilui dijo…
"La hierba roja" es uno de los alucines más melancólicos que he leído. Hay gente y situaciones que quisiera recordar, pero no lo logro; pero hay muchas más que quisiera olvidar, sin conseguirlo.
Por otra parte, el hombre de negro que se le aparece al pobre de Lazuli tiene un no se qué de reminiscencias del hombre misterio de "Lost highway".
Besitos.
Hace mucho que no te visito en estas páginas y me he encontrado sorpresas agradables. Què maravilloso es descubrir autores buenos por sugerencias de amigos, espero hagas lo propio. No acepto imitaciones. Por lo pronto deberìa escribir màs en mi blog. Gracias por la referencia, pero no la merezco. Prepárate para el 8 de febrero: Tesis de Toros y Periodismo, a las 18:00 hrs.
Reyna M dijo…
Salvatore después de leer tus comentarios lo único que me queda es conseguir ese libro y devorar sus letras

Entradas más populares de este blog

Jesús: una historia de iluminación

Trece latas de atún

Piensa diferente, vive diferente